SERVICIO, O PROGRESO INDIVIDUAL
Por Sorem
7 de Mayo de 2008
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Hace mucho tiempo, cuando fui consciente de mis tres cuerpos: el cuerpo Espiritual, el cuerpo Mental y el cuerpo Físico, entraba en ciertas controversias entre ellos; en ciertas ocasiones, el Espíritu o Consciencia decía de realizar una acción, y el cuerpo Físico no le apetecía y este, unido a la Mente, hacían otra diferente.
En esos casos, después de la acción, había ciertos remordimientos, parecía que los tres cuerpos iban por libre y ninguno se sentía con paz, y siempre, siempre que ocurría esta separación, al final, había que deshacer lo realizado y volver a empezar con la creación que en un principio dijo el cuerpo Espiritual o Consciencia.
Esto de realizar una acción, entrar en un estado desequilibrado y de remordimiento con cierto sufrimiento durante un tiempo, para después, siempre reconocer con el resultado obtenido, que no es buena idea, estaba claro que esta forma de vida no era inteligente, y no interesaba a ninguno de los tres cuerpos.
Por ello, decidimos unirnos los tres cuerpos bajo las órdenes indiscutibles del cuerpo Espiritual, este ya había demostrado infinidad de veces, con las acertadas indicaciones y siempre beneficiosos resultados de equilibrio, salud y felicidad, y con ello, consiguiendo que los tres cuerpos fueran un equipo, una Unidad.
Entonces, realizaba meditación todos los días, en un mismos lugar muy apropiado y silencioso, relajando el cuerpo físico, aquietando la mente, elevando mi vibración o estado de conciencia al máximo, y seguidamente entraba en el mundo de la Consciencia, donde hacia preguntas y recibía respuestas a todas mis necesidades espirituales.
Ya no se cuestiona la absoluta autoridad de la Consciencia, dirigiendo y vitalizando al cuerpo físico y la mente como una unidad para manifestarse en este mundo desde el cuerpo físico, y así, un día, hice una reunión con mis tres cuerpos; mi cuerpo Vital o Consciencia, mi cuerpo Mental y mi cuerpo Físico, para cuestionar todo este último asunto de la meditación, y decidimos lo siguiente:
La necesidad de la Meditación era para entrar en el mundo de la Consciencia de una manera observante y activa, aquietando el cuerpo físico y la mente, recibiendo y cogiendo lo necesario, y después volver a esta realidad física con el beneficio adquirido, para emplearlo en todas las acciones diarias, con el mismo estado de conciencia conseguido en la Meditación.
Este ir y venir, ya no me parecía inteligente ni necesario, en vez de ir al mundo de la Consciencia para Meditar, la Consciencia puede Meditar en el Cuerpo físico de una manera constante, con la colaboración de la mente cuando lo estime conveniente, ya no es necesario relajar el cuerpo físico en un sitio tranquilo, silencioso y seguro, ni aquietar la mente, los tres cuerpos son una unidad en Meditación consciente y constante, en todos los lugares por igual, viviendo siempre en el ahora y en el estado más elevado posible, en todas las situaciones vividas durante el día.
Ahora sería una manifestación del Alma, consciente y constante desde el cuerpo físico, también, en ciertos momentos, todos los que sean necesarios, hay que ir a un retiro en el lugar adecuado, para conectar con nuestro Padre-Madre… Fuente de Amor… exponiendo nuestro Ser a su bendición, receptivo de su Amor Puro… y para dar gracias de todo lo que recibimos para nuestro progreso…
El cuestionarnos cada uno/a así mismo nuestras creencias y acciones en nuestro camino, es un proceso constante en la exigencia de la evolución, no se debe considerar una acción mejor que otra, sólo son las experiencias necesarias para cada uno/a en esos momentos, viendo cada uno/a, lo que le es mejor con los resultados obtenidos para su necesidad.
En cada momento de nuestro camino, podemos obtener opciones diferentes para decidir nuestro progreso evolutivo, una es la dedicación con meditaciones profunda y constante observación para mejorar nuestras creencias, pensamientos y acciones individuales, y otra opción es dedicar este tiempo a servir a los demás, olvidándose de estas necesidades que requiere el progreso espiritual de uno mismo.
La primera opción necesita todo el tiempo para el estudio, reflexión, meditación, contemplación activa y comunicación con toda la vida y seres de Luz de otras dimensiones, vibrando siempre en un estado de consciencia elevado, con su respectivo progreso individual.
La segunda opción requiere ajustarse a las necesidades del servicio elegido, estudiar bien la forma más eficaz y beneficiosa de los necesitados, acercándose, o posiblemente bajando a una energía más densa y muy dedicada, con todo lo que requiere la acción del servicio en esta área de manifestación, y posiblemente, con una aparente falta de progreso o evolución individual.
Aparentemente, parece que el místico sólo ocupándose de sí mismo, progresa más en su evolución, pero sólo son experiencias necesarias en el proceso evolutivo de todas nuestras vidas, para completar y vivir todas las experiencias por igual, necesarias todas ellas para conseguir un estado de conciencia superior.
El servicio, sea el que fuere, se debe hacer con la intención pura, y allí donde se elija, pudiendo estar con la manifestación de Amor más espléndida, sólo requiere la observación e intención constante de la presencia de nuestro Ser Superior dentro de nuestro cuerpo físico, entregando nuestro Amor incondicional como lo que es: ¡Un progreso y ayuda consciente así mismo!... si conseguimos sentir y ver a los demás, como a nosotros mismos.
Esto implica comprender y sentir que Dios es Todo, y nosotros somos parte de ese Todo, somos una Unidad inseparable, si vemos y sentimos en todo y en todos los seres la misma esencia de Dios, y no caemos en vernos separados por nuestra visión deformada de la ilusión en la que estamos jugando. " ‡ ".
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