jueves, 9 de diciembre de 2010

DOS AMIGAS

Por Sorem

11 de Diciembre de 2005

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Cada persona hace su camino diferente a todos los demás, pero todos los caminos van hacia el mismo lugar: hacia la Unidad en Dios.

Dos amigas pueden estar hablando horas y horas, cada una de las extraordinarias experiencias con sus enseñanzas, que están descubriendo en el recorrido de sus respectivos caminos, pero puede que ninguna de las dos se escuchen, son caminos diferentes que no despierta a la otra ningún interés, sólo discuten las diferentes interpretaciones que no coinciden con lo que cada una piensa que debe ser la mejor, no porque sepan por experiencia, sino sólo por sus creencias.

Una amiga puede pedirle a la otra: ¡Cuéntame cosas de tu camino!, y con cariño y respeto, escuchar e intentar comprender, sin comparar ni juzgar, poniéndose en su lugar para entender bien su caminar, quizás no comparta, o no le interese casi nada de lo que está escuchando, pero con su comprensión y cariño, entiende el gran beneficio que es para su amiga su manera de caminar, dándole todo su apoyo, y animándole para que siga esforzándose en su camino, y nunca pierda la alegría y confianza en sí misma.

Otros dos amigos se alegran de verse, y aprovechan siempre para contarse las experiencias de sus respectivos caminos, como todos, son diferentes, pero cada uno tiene plena confianza en el otro, y asocian y aprovechan las enseñanzas que cada uno se pueden aportar, compartiendo y aprendiendo el uno del otro de las diferentes opciones que cada uno están experimentando, en sus correspondientes y particular manera de caminar.

También está aquí la madre con su hija, cada una en su camino, -ser madre no significa que ella tiene razón en todo lo que habla con su hija- porque ella está convencida de tener más experiencia, -esta madre no cree en la reencarnación, por lo que no acepta la experiencia y preparación que se trae de otras vidas- la madre cree que por su mayor experiencia en esta única vida, su camino es el mejor, por ello, le quiere inculcar a su hija las cosas de su camino, pero su hija, cuando empieza a tener voluntad propia, escoge su propio camino.

Esta madre e hija son dos guerreras espirituales, las dos están dando, cada una a su manera, el máximo esfuerzo con las experiencias de su camino, y es ahí donde debería estar su alegría y confianza de la una en la otra, por el contrario, y siempre que se encuentran, sólo discuten las diferencias con lo que no coinciden de sus respectivos caminos, cada una le explica a la otra lo que entiende, pero ninguna de las dos se escuchan para comprender, porque las dos están seguras de su camino como el mejor de todos, aunque sea el único que conocen.

A estas dos personas le falta comprensión; cada ser humano somos diferentes, y diferente es también nuestro particular camino y forma de caminar, y ninguno es mejor que otro, sólo es diferente, y se ajusta a nuestra necesidad individual, formando parte de nuestra libre elección para ir hacia el mismo lugar por diferentes caminos, aprendiendo con todas las experiencias que cada uno/a necesita en esta vida.

Sería conveniente contar las experiencias de tu camino sólo a las personas que te lo pidan con verdadero interés, porque les puede ser útil las enseñanzas, igualmente hay que considerar y aprender todo lo posible de las enseñanzas que puedan ofrecer los demás caminantes, valorando y aprovechando el esfuerzo de sus recorridos, para conseguir sus propósitos, aunque no sean afortunados, la enseñanza está igualmente con el éxito como con el fracaso.

Pero la hija y madre de esta historia, siempre que se encuentran; discuten, después... las dos se sienten mal, pero las dos piensan que cada una tiene razón, y sólo se encuentran mal por la actitud de la otra, ninguna se pone en el lugar de la otra sólo para escucharla y comprenderla, no desde su camino, sino desde el camino de la otra, para poder comprender el esfuerzo y las dificultades que tiene en su caminar, no fijándose en sus logros, sino en el verdadero esfuerzo de su intención e intentos para conseguir o no sus propósitos.

El amor a su hija, a su manera, más bien fría, sólo está presente, si hace las cosas como ella cree que es lo mejor para ella, por su experiencia, y si no es así, el amor hacia su hija no se manifiesta nunca de una manera afectiva físicamente, porque se siente mal con ella... dice: "¡Yo me siento mal por tu culpa!, porque no eres como yo quiero que seas, que es lo mejor para ti".

El verdadero Amor no pide nada a cambio.

El verdadero Amor comprende el lugar en el que se encuentra la persona amada, y el esfuerzo que le cuesta su superación, con su libre elección.

El verdadero Amor perdona setenta veces siete.

El verdadero Amor es Amar a su hija, aunque casi todo lo haga mal, porque no sabe hacerlo mejor, o como tú esperas y quisieras.

El verdadero Amor es ver lo que no se ve pero se siente.

Esta madre o amiga, si realmente se considera más evolucionada espiritualmente, será siempre ella la que tenga que perdonar setenta veces siete, demostrar su Amor por encima de todo, sin dejarse enredar con tanta frecuencia en una maraña de palabras con un sentido superficial.

Cuando dos personas discuten con cierta intensidad, y después se sienten mal, la culpa de llegar a esa situación siempre es de la persona más evolucionada, y si no lo considera así, porque está convencida que ella tiene la razón, y culpa a la otra, entonces, es porque ella se estima más elevada de lo que realmente está.

Entre dos amigos/as no debe existir ni tan siquiera la intención de tener que perdonar por nada, como mucho, podríamos decir; que el perdón se manifiesta mucho antes de que se realice cualquier situación incorrecta, porque se tiene plena confianza en el sentimiento profundo del corazón del amigo/a, lo demás, sólo son palabras con un fácil sentido de error de interpretación, a causa de muy diversas situaciones iguales, que cada uno/a puede verlas diferente.

El Amor de amigo/a no es un intercambio:¡si tú me quieres yo te quiero!

El Amor de amigo/a es: ¡Yo te quiero, y tengo confianza en ti, aunque te equivoques constantemente!

El Amor de amigo/a no es sólo decirlo con palabras, hay que demostrarlo, tiene que ir acompañado con intensos abrazos que activen el sentimiento puro del corazón. " ".

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