viernes, 10 de diciembre de 2010

ENERGÍA VITAL

Por Sorem

1 de Enero de 2007

sorem@hotmail.es

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En el Gran Plan de Dios en la Tierra todo es alimentado con la energía vital necesaria, para mantener constantemente la creación expansiva en su gran esplendor, desde lo más simple hasta lo más complejo

Nosotros, los ángeles humanos, encarnados en nuestra creación física, seguimos evolucionando para completar el presente ciclo. Ya pasamos por todas las experiencias necesarias, para llegar a ser conscientes de nuestra verdadera realidad en esta vida, en el ahora.

Ser consciente en el ahora, es tener la intención pura y observación constante de ser quien somos: Un trocito de Dios en esta manifestación, dentro de una ilusión creada para aprender como funcionan las energías, experimentando la sensación que se recibe físicamente con dichas energías.

Esta sensación que recibimos al vivir todos los estados emocionales, nos hacen aprender cómo podemos manejar las energías para cambiar el proceso; hemos vivido y experimentado con una energía de baja vibración, aprendiendo sus efectos, y con otras energías equilibradas, igualmente aprendemos con sus efectos.

Con este aprendizaje, llegamos a un estado en el que ya sabemos cómo equilibrar las energías que tenemos delante, y podemos crear conscientemente las energías que producen efectos más favorables, para las experiencias que elegimos vivir.

Si no somos conscientes de la presencia activa de nuestro Ser Superior viviendo en el ahora en nuestro cuerpo físico, podemos estar viviendo los efectos por una energía desequilibrada que otra persona, consciente o inconscientemente, nos envía o involucra, con la que sufrimos sus efectos, si estamos en este estado, siempre estaríamos a merced de la influencia de las energías de nuestro entorno.

Por el contrario, si somos conocedores y conscientes, seremos nosotros quien dominaremos las energías de nuestro entorno, proporcionando equilibrio como la situación más favorable para todos, con el debido respeto de no interferir, si no es requerido, en las decisiones que quieran vivir los demás.

Con esta constante observación en todos los instantes de nuestra vida, vemos y sentimos todo el movimiento y propósito de las energías creadas por unos y otros, y los efectos que producen, y con ello, entendemos nuestra responsabilidad.

Esta responsabilidad que nos nace con el conocimiento comprendido y experimentado, nos hace entender que no se puede obligar a otros para que aprendan, pero si nos podemos obligar a nosotros mismos, y con ello, estaremos dando ejemplo y estimulando a los que igualmente quieran responsabilizarse por sí mismos.

Con este aprendizaje voluntario, aprendemos bien el valor que tienen las diferentes energías que movemos, por los efectos que provocan; podemos observar como dos amigos discuten reprochándose el uno al otro sucesos pasados poco afortunados, causándose sufrimiento mutuamente al revivir la misma energía con toda su fuerza y realidad.

El amigo observante, que domina las energías del entorno, decide intervenir, diciéndole a sus dos amigos: ¡Escucharme!, os recuerdo a ambos las virtudes que tenéis, los muchos gestos nobles del uno con el otro… también existieron en el pasado algunos menos correctos que a menudo os recordáis… en este justo momento tenéis una gran oportunidad, si queréis aprovecharla…

Se trata de que si realmente estáis arrepentidos de todo el pasado no afortunado, os pidáis perdón mutuamente para libraros de esa energía para siempre, y os quedéis sólo con los buenos recuerdos, si vuestro orgullo os lo permite y vosotros sois lo suficientemente inteligentes, como para considerarlo conveniente para vuestro bien…

Los seres evolucionados, conocedores de cómo se mueven y cambian las energías, nunca manipulan a las personas, con gran respeto exponen su conocimiento para dar Luz, después, respetan las libres decisiones de cada uno/a.

Todos atraemos las energías que nos son necesarias para conocer, medir y probar nuestros progresivos grados de evolución, energía imprescindible para llegar a conseguir el esplendor y la majestuosa belleza del fruto de la rosa, que alimenta con su Amor al espíritu.

Una semilla tiene su potente fuerza y belleza concentrada, y cuando se le alimenta con la energía vital necesaria, pone todo su esfuerzo en el proceso vivido, de la oscuridad a la luz, llegando a culminar en la luz, su grandeza y espléndida belleza.

Los ángeles humanos estamos recibiendo actualmente esta energía vital necesaria, para el que quiera aprovechar la gran oportunidad de poder abrir su Ser a la Luz, cada uno/a con su impresionante fuerza y belleza.

Con estas energías de Luz, Amor y Unidad, que los ángeles humanos estamos recibiendo, creando y uniendo, estamos descubriendo espléndidos resultados en la actualidad, estas energías nos están llevando a estados de realización hasta ahora desconocidos y realmente espléndidos.

El conocimiento de todas estas nuevas energías, nos abre un apasionante estado de posibilidades hasta ahora increíble, pero muy posible de conocer cada uno/a que crea en sí mismo, en nuestra Divinidad manifestándose constantemente en todos los instantes de cada día. " ".

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