domingo, 28 de noviembre de 2010

UNIDAD



18/06/2004

Hay personas inteligentes, que sus conciencias le exigen estar a bien con Dios. Tienen ciertas dudas sobre el cielo y el infierno.

Entonces empiezan a buscar intermediarios de Dios de diferentes religiones para que les garantice ir al cielo con el mínimo esfuerzo, y que se ajuste a su manera de vida, haciendo los mínimos cambios en sus pensamientos y sobre todo en sus intereses materiales.

Cuando lo encuentran, lo defienden con todas sus fuerzas. Su intermediario de Dios le puede decir que su conciencia puede estar tranquila y segura para ir al cielo, si cumple con la justicia social. Por ejemplo: Puede tener personas trabajando para ellos, exigiéndoles el máximo y pagándoles el mínimo que marca la ley social del país.

También puede encargar que le hagan ese mismo trabajo en otro país donde la justicia le permita pagar menos a los trabajadores para ganar más dinero.

Tanto en un país como en otro, a los trabajadores puede que le pague una décima parte de las ganancias que recibe del trabajo de esas personas, y estas personas, no reciben con su trabajo, lo que necesitan para cubrir las necesidades dignas de su familia.

Pero si los intermediarios de Dios, que supuestamente son los que más saben según ellos, y les dicen: que cumplan con sus deberes sociales y espirituales, pagando sus impuestos, siendo honestos con los mandamientos y dogmas de fe, dependiendo de sus intermediarios teólogos, para no pensar e investigar por si mismos, y confesarles sus pecados, asistiendo a sus ritos... no cometen ningún pecado mortal... tienen el cielo garantizado para toda la eternidad... con una sola vida.

La justicia divina de Dios con sus Leyes infinitamente sabias y benéficas para todos sus hijos, no tiene nada que ver con ciertas justicia de las leyes sociales y religiones de los hombres.

A estas personas no les interesa el sentido y el porqué de las Leyes divinas, como la Reencarnación o La Ley de Causa y Efecto, no les interesa ningún pensamiento que les haga peligrar la situación más o menos cómoda y estable de su conciencia para salvarse eternamente (con lo que están haciendo), por ello, la evolución para comprender nuevas energías divinas no les interesa ni siquiera hablar de ellas.

Incluso, lo que las religiones llaman libros sagrados, son enseñanzas que les dieron a los hombres hace muchos años, y en más de uno de sus párrafos tienen que ser modificados para adaptarlos a la mentalidad de nuestro tiempo, para un cambio de proceso más amplio a nuestro entendimiento actual.

Si se dieron enseñanzas para mentalidades de hace más de 2000 años por inspiración divina, ahora también siguen dándonos de la misma manera pero con otro nombre, (telepatía) las enseñanzas espirituales, a las mentalidades actuales, para que todo evolucione hacia unos estados más benéficos para todos.

Queramos o no, todo evoluciona, incluso la inteligencia global de la humanidad, y cada vez es más difícil el poder religioso y político sobre las masas, y si es verdad que somos seres inteligentes, ¡Unamos todas nuestras fuerzas en la misma dirección en la que estemos de acuerdo toda la humanidad, para nuestro total beneficio espiritual, y en lo que no estemos de acuerdo, dejémoslo a un lado para que el tiempo lo ponga en su sitio para el bien de todos, no para una minoría!

Después de lo dicho, como mínimo, podría ser adecuado; unos minutos diarios de pensamiento integro y profundo uniéndonos todas las personas de buena voluntad, para conseguir la unidad mundial en su más amplio sentido de hermandad espiritual y social, sin tener en consideración y respetando la tendencia religiosa o política.


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