domingo, 28 de noviembre de 2010

¡ LIBERTAD !

30/05/2004

Todos los seres humanos tenemos comunicaciones constantes con nuestras partes divinas.

Dios es infinitamente sabio, justo, bueno... ya sabéis...

Veamos que os parece lo siguiente: ¡Dios es TODO! , y tú y yo, y todos, somos un trocito de ese TODO, como un grano de semilla, tenemos todas las cualidades de Dios.

Dios no está estático, sin hacer nada, está evolucionando constantemente, y como es tan sabio, dijo: ¡Les voy a dar libertad absoluta a todos mis trocitos, a todos mis hijos que la quieran, libremente! (todos estos somos nosotros, los que estamos una parte en los cuerpos físicos, en este mundo, como hijos pródigos)

¿Os podéis imaginar por un momento, todo lo que está aprendiendo Dios de nosotros, sólo mirando lo que hacemos libremente, ¡a todos!?

Cuando digo ¡todos!, me refiero: a las hormigas, las mariposas, las flores, las personas... de la Tierra y de todos los mundos de todas la galaxias y todo lo que nuestra infinita ignorancia no se puede imaginar que existe... ¡No me extraña que sea tan sabio, y cada segundo, muchísimo más!

Cuando nosotros decidimos, como trocitos de Dios, con total libertad y sólo por Amor, encarnar en este Planeta, para aprender y ayudar al Planeta a evolucionar, el Planeta nos da un trocito de si mismo, para que podamos manifestarnos con un vehículo físico en este lugar con sus mismos componentes físicos.

En el transcurso de la vida, nosotros, con nuestros pensamientos y nuestras acciones, ennoblecemos y purificamos ese trocito de Amor que nos prestó este maravilloso ser que le llamamos: nuestra Madre Naturaleza, y con este proceso, nosotros, todos los humanos, estamos consiguiendo que este ser llamado también Gaia, vibre en un estado de Amor más elevado.

El que no recordemos todo, esto no quiere decir que no sea cierto. Parece ser; que una parte de nosotros está conectada directa y constantemente con Dios (porque somos un trocito suyo, y con la meditación podemos conseguir verlo mucho más claro), otra parte con el cuerpo físico, otra parte con todo el grupo de seres queridos, los encarnados y los que no lo están. Y siempre nos estamos ayudando el mismo grupo, los unos a los otros, de muy diversas maneras, consciente e inconscientemente.

A un niño no se le debe explicar aquello que no puede comprender, si el niño sólo sabe sumar y restar, no se le puede hacer comprender como se hacen las ecuaciones de 2º grado, aunque te lo pregunte con mucho interés, él no las podrá entender, pero eso no quiere decir que no existan.

Nosotros somos como niños de primaria, y Dios nos va dando, por medio de muy diversas maneras, aquello que podemos entender, y tenemos que tener en consideración, que conforme vamos aprendiendo nos van dando un poquito más de lo nuevo para nosotros, y esto, modifica lo antiguo por una comprensión mejor.

Todo evoluciona hacia un entendimiento más favorable y beneficioso para todos.
Incluso lo que las religiones llaman libros sagrados son enseñanzas para mentalidades y situaciones de cómo se vivía hace muchos años, que, y en muchos de sus párrafos, tienen que ser actualizados para que sean bien adaptados y comprendidos en nuestro tiempo actual.

Por ejemplo: Cuando yo era joven y con una gran inquietud espiritual, lo único que tenía a mi alcance era la ayuda de la religión católica, y en aquel tiempo, en su conjunto, puedo decir que fue venéfico para mi vida espiritual. Pero conforme iba creciendo, las preguntas a mi director espiritual (que era un sacerdote) pues iban siendo más complicadas y las respuestas no me convencían.

Citaré algunas de las preguntas decisivas:
1ª.- Pregunta: ¿Qué es lo más importante para mí, para un católico?

Respuesta de mi director espiritual: ¡Lo más importante para ti, es salvarte, ir al cielo!

Bien, entiendo, -le contesté- pero... si me encuentro en una situación, en la que depende sólo de mí, el salvar a dos seres queridos, condenándome yo... ¿qué debo hacer?

Mi director espiritual me contesta con toda su energía: ¡Ya te lo he dicho bien claro, lo primero eres tú!

Yo le contesté, con menos energía, pero con todo el convencimiento de mí ser: ¡Yo no soy el primero, yo soy el último!

2ª.- Pregunta: Por aquel entonces yo era cazador, y mi director espiritual me aseguraba que no era pecado matar... a los animales... ahí, mi conciencia llegó al limite, resulta que: yo podía herir, maltratar, hacer sufrir y matar a unos seres maravillosos, sólo por deporte, y todo esto bendecido por el representante de Dios...

3ª.- Pregunta: Lo más importante es salvarse, ir al cielo... Dios es infinitamente bueno, sabio, justo... ¿Cómo es posible que Dios disponga que un hijo nazca en una familia con todo maravillosamente a favor para que sea feliz, se salve y vaya al cielo con toda facilidad... y otro hijo suyo; determine que nazca en una familia con la situación más sufriente y terrible, con todo en contra, para que se condene por toda la eternidad?

Las respuestas se salían de las preguntas y eran tan confusas que no tenían ninguna fuerza de convencimiento objetivo por si mismo, sólo podían decir el dogma que le habían dicho sus teólogos, que son los que piensan por todos los católicos... y si no lo aceptas, te excomulgan.

Esto no es libertad, la libertad es lo más sagrado que se le puede enseñar y dar a un ser humano.

Libertad podríamos decir que es lo que nos dijo María (madre de Jesús) en uno de sus mensajes a nuestro grupo cuando dijo:

"Sí, gran regocijo viví cuando Jesús dijo: "¡Quiénes son mis padres y mis hermanos?",porque entonces Yo supe que había sido la mejor Madre, que enseña a su hijo lo que es la libertad que viene del Amor, sobre todo, cuando una tiene la dicha de Ver y sentir a tan maravilloso Hijo".

(Del libro: "AMOR ES SABIDURÍA" Pág. 204.)

Nuestro afán de comprender cada vez más, nos lleva a intentarlo con reflexiones profundas hasta donde nuestro intelecto pueda medianamente entender. Sin olvidar nunca la vital ayuda que nos proporcionan nuestros Hermanos Mayores en relación con nuestro compromiso hacia el bien común.

No estoy en contra de ninguna religión, sólo quiero decir, que hay que aprovechar todo lo bueno que tienen, pero a la vez, ir cambiando cada una desde dentro hacia mejor en todos sus pensamientos y manifestaciones, para que la unidad mundial de hermandad algún día llegue a ser una realidad.

Dios siempre ha estado, está y estará con todos sus hijos por igual, tengan la religión o pensamientos que tengan, y estará ayudándonos por medio de sus Ángeles a cada uno de sus hijos según podamos comprender, actualizando sus enseñanzas a nuestros tiempos actuales.


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