domingo, 28 de noviembre de 2010

ESCUELA DE PADRES


31/01/2004

Amigo mío, nuestro destino es sencillamente predecible; si queremos que todo nos vaya bien, sólo tenemos que hacer: lo que nos dicte nuestra Conciencia (ley de causa y efecto).

Sigamos viendo lo que retrasa nuestra evolución y nos causa sufrimiento.

Hay parejas que tienen orgullo, vanidad, una ambición desmedida y material, y trabajan los dos por separado todo el día. Cuando llegan a casa están cansados y es difícil mantener una armonía familiar.

Los hijos de esta familia crecen con una inestabilidad emocional y una inseguridad en todo lo que están descubriendo. Los padres ganan mucho dinero y tienen prestigio social, pero, esa familia, y sobre todo los hijos, carecen de todo lo que necesita un desarrollo psíquico y equilibrado en todas sus facetas.

Cuando estos hijos llegan a la edad de 14 ó 15 años, el estado total de la familia es insoportable. Los padres dicen que no han sabido ó no han podido educar mejor a sus hijos, y tampoco han llevado bien la convivencia de pareja.

Todo en la vida debería tener un orden de importancia. Si los hijos y la convivencia de pareja es lo más importante, en vez de dedicar todo el tiempo en conseguir dinero para cosas innecesarias, deberían haber dedicado parte de su tiempo en una escuela de sicología para aprender a ser buenos padres y esposos.

El ser buenos padres y esposos requiere una gran responsabilidad, y al iniciar relaciones de pareja, ambos unidos, deberían estudiar una sicología básica, y después llevar a la practica entre la pareja todo lo aprendido, y con los hijos desde que nacen, dedicando el tiempo que sea necesario a este menester.

De hacer todo esto bien, a no hacer nada, y sólo trabajar y llevar la vida familiar como buenamente puedas. El resultado es incierto y la mayoría de las veces acaba en una separación de la pareja, con un gran sufrimiento para todos los miembros de la familia destrozada.

Amiga mía, todo lo que estamos comentando en estas reflexiones ya lo sabemos de siempre, nada es nuevo, la intención es recordarlo, comprenderlo mejor, y vivirlo, para comprobar cada uno por si mismo sus propios resultados.

La conexión que todos tenemos con el Amor Universal nos va diciendo poco a poco, aquello que podemos entender para el progreso de nuestra Conciencia, conforme vamos aprendiendo con lo vivido.

Esta conexión es una necesidad del ser interno para poder recibir con claridad cual es nuestra misión, nuestro deber en cada momento de la vida. Por medio del pensamiento desinteresado, altruista y con buena voluntad, conectamos con el Amor Universal, por el cual recibimos toda la sabiduría y la fuerza necesaria para realizar nuestro deber.

Por este canal de frecuencia, recibimos toda la humanidad la misma sabiduría que comprendemos y repetimos una y otra vez, el mismo conocimiento, cada uno a su manera.

Toda persona deberíamos tener un equilibrio entre el yo que conecta con el Amor Universal vía pensamiento y el yo material con nuestras acciones. Cuando estábamos en el Astral decidimos venir a este mundo y en esta época. Sólo los valientes deciden venir a este mundo tan difícil de conseguir el equilibrio.
Venimos para entrenar nuestra Conciencia, y hemos escogido el gimnasio más duro. Si queremos evolucionar conscientemente, dijimos que teníamos que dedicar diariamente un tiempo para conectar con el Amor Universal, así veremos nuestro deber, nuestra misión en esta vida, y de ahí también cogeremos la fuerza necesaria para realizarlo.

Seguidamente pasamos a la acción vivida, y el mundo y nosotros mismos lo tendremos muy difícil, pero como ya hemos cogido la visión clara y la fuerza necesaria, (al ponernos en conexión con el Amor Universal al levantarnos) todo lo que nos surja durante el día lo superaremos con más facilidad, consiguiendo un estado físico y psíquico equilibrado y exteriorizando a los que nos rodean nuestra seguridad en si mismo con alegría y felicidad.

Pero si no dedicamos ese tiempo diariamente a conectar con el Amor Universal, y empezamos el día desprotegidos y entrando en sus peligrosas corrientes, fácilmente caeremos inconscientemente en sus constantes trampas con su falsa felicidad. Si no mantenemos ese equilibrio en nuestro interior, el sufrimiento físico y psíquico, en mayor o menos medida, será una constante en nosotros.


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