domingo, 28 de noviembre de 2010

APRENDER DE LOS MAESTROS


10/03/2004

Los seres que han venido en otros tiempos, han bajado a este mundo encarnado como humanos, con todas las limitaciones, peligros y duras consecuencias sociales de la época. Dándonos enseñanza elevada con su ejemplo de vida sacrificada por los demás, incluso en muchos casos dando su vida con atroces sufrimientos, como es el ejemplo de Jesús de Nazareth, y otros muchos que sus vidas no han tenido tanta relevancia.

Podríamos decir, para entender a estos seres; que sería igual que uno de nosotros decidiera encarnar una vida, con el cuerpo de un cerdo, viviendo entre el fango, y con todos sus peligros, para ayudar al mundo animal; sólo por Amor a nuestros Hermanos inferiores.

Estos seres, cuando han venido, sólo podían ejercer su influencia a razas y naciones por sus características sociales y limitada difusión, pero hoy es muy diferente, la evolución de la humanidad y los medios de información pueden ser difundidos y comprendidos en todo el mundo a la vez.

Este ser, hombre o mujer, vendrá en esta ocasión con su Amor y sacrificio para ayudar a toda la humanidad. Este ser no vendrá como dirigente de una nación o religión, sino como un gran estadista de Amor a sus Hermanos, que sepa unir y dar todas las soluciones que necesita la humanidad entera.

Pero esto sólo será posible cuando todas las naciones, unidas en un mismo sentimiento humano se manifiesten en su inicio de compartir, y la unificación de las religiones por un sentido también puramente humano y no sólo partidista, y todo ello sea tan elevado, que el éxito de una nueva humanidad esté totalmente favorable, para nuca más volver hacia atrás.

Una niñita o niñito, que ve y siente de sus padres la ternura hacia ellos, el sacrificio de la entrega total, todos los cuidados que necesitan: los cariñitos, la sonrisa de animo constante, los abrazos interminables, las noches en vela cuando están enfermos... El AMOR hacia ellos en todas sus manifestaciones...

Esas niñitas y niñitos, aunque no sean conscientes plenamente de todo este Amor, ellos también quieren demostrar a su manera, ese gran Amor que reciben de sus padres, pero, como son pequeños y egoístas, nunca estará igualmente proporcionado al de los padres.

Dios, el Todo, es nuestro Padre-Madre, y nosotros, toda la humanidad, somos sus niñitas y niñitos... y también somos muy pequeños y egoístas, -por nuestro joven grado de evolución- pero también, cada uno de nosotros a su manera, en nuestro grado, queremos agradecer ese AMOR que sentimos en lo más profundo de nuestro ser, toda persona de bien, incluso, la que no cree ni tiene fe en nada.

¿Quién demuestra mejor el agradecimiento a nuestro Padre-Madre?

Aquel que no tiene enemigos, y si los tiene sin culpa alguna por su parte, le demuestra su comprensión y Amor, igual que a sus amigos. Demuestra su Amor a todos por igual; a una piedra, un arroyo, una serpiente, un cardo borriquero, una rosa... a toda la naturaleza en su manifestación y extensa variedad, viendo la belleza en todo; es tolerante y comprensivo con toda la diversidad de opiniones, carente de orgullo, egoísmo y vanidad, misericordioso, imperturbable tanto en el placer del éxito sin ningún deseo de recompensa, como en el dolor de otros por tu error...

Ha comprendido muy bien, que lo único importante es el esfuerzo de la acción de su deber, intentando hacer todo, lo mejor que puede y sabe, pero sin perturbarle el resultado del éxito o el fracaso -siempre que haga sólo aquello que está dentro de sus posibilidades- está aprendiendo con perseverancia, y sólo el tiempo irá modificando todo a mejor, sin perder nunca el buen humor.

Siempre está centrado su interés en todo aquello que es imperecedero.
Y lo finito, como puede ser una cómoda posición social, o incluso la muerte, no tiene más interés que el justo y necesario transito para vivir en equilibrio psíquico: Hace todo aquello que considera su deber, sin tener en consideración el sacrificio: No busca el servicio que más le gusta sino aquel que es el más necesario para los demás.

Se conforma sólo con lo imprescindible para vivir, aprendiendo infatigablemente de todo lo importante que le ofrece la vida, sin desaprovechar ninguna oportunidad de hacer el bien, (lo que pasa no vuelve) y en cada segundo de su existencia su Corazón está unido en el más puro Amor de agradecimiento a su Padre-Madre, por todo lo conseguido.

Hay personas que tienen fe en el TODO, en el Padre-Madre, sólo para pedirles bienestar con sus oraciones, y cuando hacen buenas obras, esperan un premio. También hay quien no tienen fe en el TODO, pero también hacen buenas obras esperando ese premio interno psicológico que les permita sentirse bien consigo mismo.

Tanto unos como otros, ya digo, somos niños pequeños que a nuestra manera, agradecemos a nuestro Padre-Madre ese cariño que sentimos y no podemos eludir, aunque no sepamos comprender ni explicar, pero de una u otra manera, todos lo sentimos.


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